La Diada de Sant Jordi (en casa)

La Diada de Sant Jordi (en casa)

Sant Jordi (o San Jorge) es uno de los acontecimientos en pueblos y ciudades que concurren, por su significado intrínseco de renovación, de cambio, en el calendario festivo que inicia un nuevo tiempo. Media España celebra hoy su día y con él se da paso a un tiempo de fiestas populares y celebraciones que este año estarán marcadas por Covid-19 y el confinamiento. 

A todos los que viven las fiestas intensamente, los que las organizan y velan porque transcurran con normalidad, a todos ellos, les mando un profundo abrazo y les aseguro que todo saldrá bien. Precisamente pensando en ellos, comparto la alegría de su celebración, a pesar de que hoy no se inunden ciudades y pueblos de nuestra geografía con sus gentes. Desde Alcoy a Cáceres o de Lucena a Santurce, sin olvidarme de Aragón y Castilla y León que en el 23 de abril tienen su día grande.

Para Catalunya también es un dia importante, ya lo sabéis. Desde pequeños nos explican la leyenda de Sant Jordi, en el que un caballero le clavó una lanza a un dragón que atemorizaba a los habitantes de un pueblo y de su sangre surgió un rosal. Hombres y mujeres de todas las edades, nos entregamos como muestra de amor, de cariño o de amistad una rosa y un libro. Como decimos en catalán, las calles fan patxoca (da gusto de verlas) porque se convierten en mareas de personas, de flores, de literatura. El mejor espíritu cívico emana como un volcán, desaparecen las rencillas y  prevalece  el valor fraternal de vivir en comunidad. 

Aunque este año las calles estén vacías, juntos venceremos a este dragón invisible que es el COVID-19. Sabemos que son días duros; días que nos evocan el recuerdo de las personas que ya no están y sus familias. 

Me quiero acordar de manera muy especial también de las librerías y de las floristerías para los que Sant Jordi es un día en el que tienen una importante inyección económica para su negocio.

Sin olvidarme de Joan Margarit, prestigioso Premio Cervantes 2019, ni de sus versos, os digo parafraseándole que sí quedarán libros en casa – y en las librerías- / para el desasosiego adolescente, de todos. Somos un país que empuja, que afronta como nadie la adversidad y que sabe unirse cuando más falta hace, a pesar del ruido y la furia (por no escapar de la imagen literaria) de aquellos que pretenden embrutecer nuestro proyecto colectivo. 

Caminamos juntos hacia una salida del confinamiento y, aunque parezca que nos puedan mermar las fuerzas, como diputada socialista os digo que volveremos a compartir este día en un futuro no muy lejano con nuestros mejores sueños individuales y colectivos.

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